11 abril 2013

La mujer en la prehistoria, haciendo camino - Clase del 4 de marzo de 2013 - Parte 6


Lo femenino y lo masculino está determinado por una construcción discursiva, que es ideológica, y en esa ideología entran los modos de producción de esa sociedad, temores, fantasías, ideales. Se determina así que es lo que corresponde a la mujer y que al varón.

Si nos remontamos en el tiempo, hay un antecedente que hace a la forma de ese discurso: la cacería.

Hablamos de sociedades que debieron cambiar sus hábitos para sobrevivir. El hombre (y sus ancestros evolutivos), debió adaptarse a los cambios climáticos que modelaron su dieta. Hace unos 4.000.000 de años, se produjeron cambios climáticos, se modifica el regimen pluvial, selvas se convierten en praderas. Nuestros antepasados se dividirán en dos grupos: uno viajará hacia el sur en busca de las selvas y otros se quedarán en las praderas. De estos últimos provenimos. A falta de los frutos que generosa proveía la selva, deberá buscar el aporte calórico de otros alimentos. Se vuelve carnívoro. Primero roba las presas a otros anmales, luego caza animales pequeños, hasta que adquiere los recursos técnicos mínimos como para animarse con los de mayor tamaño. Esto hace que el varón se vuelva más fuerte, debe realizar largas caminatas, correr. Desarrolla una importante musculatura, que incrementa el disformismo sexual con que nos dotó la naturaleza,  al tiempo que adquiere funciones intelectuales y sociales propias.  

Cambian las costumbres sexuales, se distribuyen las hembras entre los machos, para lograr la solidaridad indispensable en la sociedad masculina, a los efectos de la caza.  Cambia la forma del acoplamiento: el coito se da cara a cara. Se establece una identidad del compañero sexual y se generan emociones. 

Entonces, el hombre salía a cazar y la mujer a recolectar, acompañada de sus crias. El trabajo se divide según los sexos. Esa división del trabajo va marcando el pensamiento del devenir: la mujer es de la casa y el hombre del afuera. Se pasa de un determinismo biológico a lo simbólico. ¿Porqué biológico? Porque la mujer no puede cazar, se embaraza,  cuida de las crias, y depende de la provisión energética de la caza, lo que no hace menos importante el aporte de la recolección.

El cuidado de las crias era fundamental para la supervivencia del grupo. Una sociedad con tan pobres recursos, azotada por el hambre, por las enfermedades, el clima, con altísimas tasas de mortalidad en la infancia, dependía de la fecundidad de las hembras, de las múltiples pariciones para extenderse en el tiempo. 


 

Acerca de este blog

Intentando releer la historia, despejándola y despojándonos de los mitos dolientes que nos condenan a los planos segundones de participación.

¡A no llorar que siempre fuimos protagonistas!

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