Una mano de bonobo y una humana. ¿Cómo dudar que son nuestros primos?
Habíamos visto que nuestro genoma y el de los chimpancés tiene una divergencía mínima, de menos de un 98,7 %.
Esta última especie está constituída por dos grupos provinientes de un mismo tronco, cuyos ancestros se separaron y tomaron caminos evolutivos propios, hace un millón de años.
Una de esas ramas, el chimpancé enano o Bonobo, parece ser el más cercano al hombre.
Poseen características llamativas, entre ellos hay diferenciación facial como entre nosotros, la apariencia entre uno y otro miembro de la especie es distinta, lo que permite reconocer sus individuos;
caminan erguidos el 25% del tiempo;
viven en una cultura matriarcal, igualitaria y;
resuelven sus conflictos a través del sexo, el que usan como mecanismo para evitar la violencia, constituyendo una de las especies más pacíficas y no agresivas entre los mamíferos.
Bonobos y chimpancés apenas divergen en un 0,4%, son prácticamente idénticos en su genética, sin embargo sus comportamientos son diametralmente opuestos. Este punto es muy interesante para comprender como los hábitos sociales, no se basan en la biología. Los chimpancés son territoriales, muy agresivos, sostienen guerras cruentas entre tribus. Los bonovos que descubrienron en la actividad sexual una via para el pacifismo y de disminución del estrés, viven apartados de los chimpancés, evitando el encuentro con ellos.
Las relaciones sexuales son centrales en las comunidades de bonobos; la usan como juego, por placer, como saludo, como pago de favores y, para la resolución de conflictos.
Son los únicos primates, además del hombre, que mantienen sexo genital cara a cara; que practican sexo oral, grupal; besos con lengua. Practican juegos sexuales sin diferenciar el sexo del partenaire.
Parecen estar regidos por un tabú, que lleva a que las hembras adolescentes abandonen el grupo de orígen para unirse a otro.
Y que en la libertad sexual de los bonobos, estén prohibidas las relaciones entre madres e hijos.
Las hembras
cuidan de sus crías durante cinco años,
pero el vínculo entre madre e hijo, se mantiene toda la vida
Los bonobos pasan la prueba del espejo
que sirve para demostrar la conciencia de uno mismo.
A pesar de ser nuestros parientes cercanos, están en peligro de extinción, viven en Congo, África central, donde van perdiendo su hábitat natural, son cazados como alimento y, han padecido las consecuencias de la guerra civil.
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